Aunque oficialmente el Día del Árbol se celebra el 21 de marzo, en Green+Decorum decidimos moverlo al 4 de abril. ¿La razón? Queríamos que la mayor parte del equipo pudiera estar presente. Nuestras jornadas suelen transcurrir entre montajes, instalaciones y visitas fuera del taller, así que necesitábamos una fecha que nos permitiera parar, reunirnos y vivir esta experiencia en equipo.
Implantamos el Día del Árbol como una fecha importante en nuestra empresa, un día para encontrarnos como equipo y para reconectarnos con la tierra. Nuestra intención es celebrarlo cada año en torno al 21 de marzo, coincidiendo con el inicio de la primavera. Pero también tendremos en cuenta la disponibilidad del equipo, para que podamos compartir esta vivencia el mayor número posible de personas.
Esta iniciativa nace de una necesidad real: vincularnos con la sostenibilidad de forma activa. También entendemos esta acción como una muestra de nuestra Responsabilidad Social Corporativa: contribuir activamente a la mejora del entorno en el que trabajamos, devolverle valor a la tierra y fomentar prácticas sostenibles que perduren en el tiempo. Queríamos ir más allá de los buenos propósitos. Hacer algo consciente, tangible. Algo que dejara huella en el entorno y también en nosotros. Y entonces lo vimos claro:
Alrededor de nuestra nave hay campos en desuso.
¿Y si les devolvemos la vida?
Sembrar raíces, alimentar futuro
Así nació el primer Día del Árbol en Green+Decorum.
Plantamos 30 árboles frutales, con la idea de crear un bosque de alimentos. Escogimos especies mediterráneas que se adaptan bien al terreno: Olivos, albaricoques, melocotoneros, ciruelos, nísperos y cerezos. Árboles que no solo ofrecen belleza y sombra, sino también alimento y biodiversidad.
El plan no es hacerlo una vez y olvidarlo. El plan es volver cada año, seguir plantando en campos en desuso, cuidar este espacio, verlo crecer. Convertirlo en parte de nuestra rutina, de nuestro paisaje, de nuestra cultura como equipo.
Mucho más que plantar árboles
El 4 de abril no fue un día cualquiera.
Fue un día de manos en la tierra, de risas, esfuerzo y propósito compartido. Un día al aire libre que nos permitió reconectar entre compañeros, compañeras y con la naturaleza. Nos vimos fuera del rol habitual, fuera del correo, del montaje, de la nave. Nos vimos en el exterior, al aire libre. Nos vimos personas, cómplices de una misma causa.
Este es solo el comienzo. Una pequeña acción que marca el inicio de algo mucho más grande. Un compromiso con la tierra, con nuestro entorno y con una forma de trabajar más consciente.
Porque crecer también es echar raíces.
Y en Green+Decorum hemos empezado a hacerlo, árbol a árbol.
